Puede que en un principio no fuesen introducidos con esa intención, pero en ocasiones un personaje pensado como secundario o incluso episódico para una trama muy concreta de determinada serie cala tan bien entre los espectadores que resulta imposible volver a prescindir de ellos. Los llaman "robaescenas" en el argot televisivo y la historia de la pequeña pantalla nos ha dejado numerosos ejemplos, siendo a menudo el de Steve Urkel en la inolvidable sitcom Cosas de casa uno de los casos más famosos.
Otro buen ejemplo de un personaje que empezó planteándose para un pequeño arco y acabó convirtiéndose en una estrella lo encontramos en Embrujadas, aunque, en este caso, no logró eclipsar a ninguna de las tres protagonistas principales, las hermanas Halliwell, a las que daban vida Shannen Doherty, Hollie Marie Combs y Alyssa Milano antes de producirse el fichaje. Asimismo, aunque se volvió fijo durante un par de temporadas, no se quedó hasta el final de la serie.
Si estás entre los millones y millones de personas en todo el mundo que en su día disfrutaron de Embrujadas, no te costará recordar a Cole, un malvado demonio conocido como Balthazor que acabó protagonizando una bella pero imposible historia de amor con Phoebe Halliwell (Milano). El personaje era encarnado por Julian McMahon y apareció por primera vez en la tercera temporada de la serie de CW, pero lo que no muchos saben es que el plan inicial era que el personaje se quedase únicamente por un arco de siete episodios.
Así lo recordaba el 'showrunner' de la serie Brad Kern en el ya famoso reportaje de TVLine Embrujadas: Una historia oral publicado en el año 2016, en el que explicaba que encontrar personajes masculinos potentes no les estaba resultando nada sencillo y que la llegada del actor a la serie fue algo "fantástico". Así, de su plan inicial de tener a Cole durante siete episodios, el personaje acabó apareciendo en 47. Se hizo regular ya en la temporada 3, fue fijo en la 4 y al principio de la 5 y, tras su muerte, apareció en un episodio más de la temporada 7.
Uno de los desafíos de la serie fue encontrar personajes masculinos fuertes que no quitaran el poder a nuestras estrellas. Cuando haces una serie que se centra en el empoderamiento femenino, la tendencia es tener personajes masculinos castrados, lo cual tampoco es bueno. Julián era exactamente lo que estábamos buscando. Se suponía que solo sería un arco de siete episodios, pero ese arco se convirtió en dos años porque él era fantástico
Medio demonio, medio humano, Cole llegó a la vida de las Halliwell como la mayoría de los demonios: siendo enviado por la Triada para acabar con la vida de las hermanas. Sin embargo, acabaría enamorado hasta las trancas de una de ella, Phoebe, y protagonizando una de las historias de amor más emocionantes y también una de las tramas más interesantes de la serie. El final, como no podía ser de otra manera, no terminó siendo del todo feliz entre la imposible pareja, pero dejó muy buen sabor de boca a los fans de la serie, entre los que siempre siguió muy presente.
"Era el amor trágico. A medida que Cole quería superar su lado malvado, sabíamos que la diversión estaría en el conflicto de verle intentarlo. Phoebe, la personificación del amor, intentó superar ese mal, pero estaba grabado en su ADN. Al final, tuvo que seguir adelante. Y tuvo que morir", resumía Kern en la misma entrevista.
