De la muerte no se libra nadie
por Andrea ZamoraEl mundo es un lugar compuesto por opuestos. Isaac Newton lo convirtió en ley: toda acción genera una reacción de igual intensidad. La física, como ciencia que estudia la materia, puede ser, curiosamente, también metáfora de la antimateria. Antimateria aquí entendida como lo intangible, como las emociones, como la parte del ser humano que nos precisamente eso: humanos. De reacciones opuestas habla mucho Bridget Jones: Loca por él, la cuarta entrega de la comedia romántica protagonizada por Renée Zellweger.
Leer la crítica completa de Bridget Jones: Loca por él: De la muerte no se libra nadie. Tampoco Bridget Jones: La nueva aventura de la saga sí es el capítulo que faltaba por contar
Dirigida por Michael Morris, Bridget Jones: Loca por él sitúa a la protagonista en una etapa muy diferente a las anteriores. Ahora tiene 51 años, dos hijos y es viuda. Han pasado años desde la muerte de Mark Darcy (Colin Firth), y Bridget está decidida a cambiar su vida. Además de regresar al trabajo, se abre a un nuevo romance.
La estructura de las películas de Bridget Jones siempre ha sido la misma. Es tan sencilla como la operación matemática más básica: una mujer torpe pero optimista se ve obligada a escoger entre dos hombres mientras navega por los altibajos de su vida cotidiana. En las entregas anteriores, Bridget se vio atrapada entre Mark Darcy y Daniel Cleaver (Hugh Grant). La tercera película introdujo un embarazo y la incertidumbre sobre la paternidad del bebé: ¿era Darcy el padre o el nuevo interés, Jack Kuwait (Patrick Dempsey)? Por eso, resulta sorprendente descubrir que, 24 años después del primer filme, la cuarta película de la saga nos ofrece el capítulo más interesante, maduro y novedoso de todos.
Bridget Jones: Loca por él se atreve a llevar a la protagonista a nuevos territorios, como la muerte y el duelo. Aunque no faltan momentos cómicos, propios de la saga, también es valiente al mostrar el dolor, el paso del tiempo y la tristeza sin suavizarlos. Risas y lágrimas. De opuestos va esto, ¿recuerdas?
Renée Zellweger sigue siendo una excelente Bridget Jones y Hugh Grant no puede evitar que su carisma y su actitud arrogante sigan presentes en su interpretación de Daniel Cleaver. La aparición de Colin Firth, como un recuerdo y una ensoñación, también reafirma los orígenes de la saga. Todos ellos y la historia rezuman madurez, sutileza, sabiduría y una aceptación vital de esas que solo da la experiencia.
Los nuevos fichajes, Leo Woodall y Chiwetel Ejiofor, son los dos hombres de esta aventura de la protagonista. Woodall interpreta a Roxster, un joven de 29 años con el que Bridget tiene una relación, aporta ligereza y diversión a la historia. Ejiofor, por su parte, da vida a M. Wallaker, el serio profesor del hijo mayor de Bridget, un personaje que, aunque no es tan deslumbrante como el joven ligue de Bridget, sí es el ejemplo perfecto de que el amor puede surgir a fuego lento y debería ser algo fácil. Aquí otra ronda de antagónicos.
Bridget Jones: Loca por él sí es el capítulo que faltaba por contar. Sigue siendo divertida, pero ha perdido el miedo a hacer daño. Porque de la muerte está claro que no se libra nadie. Tampoco Bridget Jones.