El pasado 2015 fallecía el realizador norteamericano tras dejarnos una carrera básica a la hora de abordar el terror cinematográfico de los últimos 50 años. Craven, que arrancó su carrera en el exploit con uno de los rape & revenge más crudos hechos nunca - (1972)- se convertiría junto a y uno de los nombres clave del cine de género: (1977), (1984), (1988) y (1989), serían algunos de sus títulos clave para entender el vasto alcance que, dentro del terror, abarca la obra del director. Pues bien, Craven, junto al guionista lograrían su último gran hit gracias a Scream. Vigila quien llama (1996), película meta-cinematográfica que era a partes iguales un slasher canónico -siguiendo la estela de La noche de Halloween(1978) de John Carpenter o de (1980) de Viernes 13 - y un whodunit en toda regla, a la hora de adivinar quién se escondía tras la máscara de Ghostface.
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