Sedientos de sangre, los jóvenes turcos de la crítica patria cargaron sin piedad contra la comedia zombi de Jim Jarmusch cuando esta inauguró el sacrosanto Festival de Cannes. La calificaron de compendio de “chistes de padre”, que además tampoco les funcionaban, cosa que puede leerse como un claro intento de matar al padre. Ya se sabe, arrancarse los ojos y echar a volar. Pero la descalificación, que en realidad fue mucho más generalizada (focalizo por capricho), resulta completamente injusta. No vamos a decir, sólo para llevar la contraria, que Los muertos no mueren (menuda ocurrencia cambiarle el título) es una de las mejores películas del director de Extraños en el paraíso, Down by Law o Dead Man, porque evidentemente no lo es, ni lo pretende. Pero no desentona en absoluto en su fascinante filmografía, y esconde, bajo su trasparente capa de deliciosa ridiculez, un amargo desencanto, q
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