Thunderbolts*
Críticas
4,0
Muy buena
Thunderbolts*

Aire fresco para la Fase 6

por Alicia P. Ferreirós

Se nos ha repetido hasta la saciedad en promociones y carteles: 'No son Súper. No son héroes'. Ni tampoco les hace falta. Más allá de cómo los llamemos, Marvel tiene un nuevo equipo de héroes y vienen pisando con fuerza. Bajo la dirección de Jake Schreier y con un reparto estelar liderado por Florence Pugh, Sebastian Stan y David Harbour, entre otros, Thunderbolts* llega a las salas de cine como un soplo de aire fresco y un alivio para los fans del UCM: es una de las mejores producciones de la franquicia en los últimos tiempos.

Inspirada en la serie de cómics de Marvel publicada por primera vez en 1997, Thunderbolts* tiene una doble misión. Por un lado, cerrar una Fase 5 marcada por más decepciones que éxitos, pero principalmente la de ser el nexo con una Fase 6 que está marcada por el regreso de la saga Vengadores siete años después de Vengadores: Endgame, una etapa que genera tanta expectación como dudas en el público.

Con sus integrantes ya confirmados para Vengadores: Doomsday -la quinta entrega de la saga-, el punto de partida de la película de los Thunderbolts no trata sobre la formación de un equipo de héroes para salvar el mundo, sino todo lo contrario. Reunir a grupo de antihéroes solitarios y atormentados que no solo tienen en común que a todos ellos les persigue un pasado problemático del que les gustaría huir para siempre, sino también la mala suerte de trabajar para Valentina Allegra de Fontaine (Julia Louis-Dreyfus). La nueva directora de la CIA ha ideado un plan para reunirlos que se transformará de una trampa mortal a una misión crucial para evitar que el mundo caiga en la oscuridad.

Marvel Studios

El equipo está formado por Yelena Belova (Pugh), Bucky Barnes (Stan), Guardián Rojo (Harbour), Fantasma (Hannah John-Kamen) y John F. Walker (Wyatt Russell) y ni tengo ningún problema en afirmar que son lo mejor de la película de Schreier. Cada uno de ellos derrocha un carisma a nivel individual -que ya conocimos por separado en anteriores series y películas UCM- que se eleva a la enésima potencia cuando funcionan en equipo y su química es pura gasolina para la historia y la hace realmente divertida.

Aunque Thunderbolts* tiene escenas de acción espectaculares, coreografías impresionantes y un poderoso villano con un trasfondo tan poderoso como prometedor, lo que la distingue es la idea inicial con la que partíamos: no son seres extraordinarios ni héroes tradicionales, sino que su determinación sea inquebrantable porque cuentan con lo más valioso, que es su propia humanidad.

Además, la película logra ser emotiva y abordar temas complejos como el trauma y la salud mental, sin dejar de ser divertida y carismática. Es una bocanada de aire fresco para la franquicia, aunque debe enfrentarse al desafío actual de las películas de Marvel: la disminución del entusiasmo de los fans. En cualquier caso, el final responde a las preguntas planteadas y deja con ganas de más Marvel, justo lo que necesitaba la Fase 6.

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