Horizonte es uno de los programas con mayor éxito de Cuatro. El programa de Iker Jiménez se ha postulado como uno de los contenidos que mayor audiencia registra en Mediaset, incluso supera a la oferta emitida en Telecinco. Sin embargo, antes de llegar a este buen momento en su carrera profesional, el presentador experimentó un complicado momento al perderlo "todo". Algo que contó en una entrega de Cuarto Milenio emitida en 2019.
"Hace 20 años yo tuve un momento de esos, de perder lo que yo había logrado con bastante esfuerzo y mi estatus", comenzó a explicar Iker Jiménez, quien acababa de contar que Sigüenza era un lugar marcó su vida. Y es que en ese complicado momento, que vivió ahora hace 26 años, decidió marcharse al pueblo de Guadalaja para reencontrarse.
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"Estamos acostumbrados a una sociedad en la que cuando pierdes el estatus, en vez de considerarse que es muy importante el aprendizaje para regresar o para levantarse, como que se demoniza a las personas con pensamientos como como ese ha fracasado, ese ha tenido menos ventas, ese ha triunfado menos en la tele o ese ha metido menos goles", comentó el presentador.
Iker Jiménez afirmó que "lo importante es el valor de saber que eso puede ocurrirte y volver a caminar". El presentador explicó que "con 26 o 27 años estaba en un estatus absolutamente maravilloso para mis perspectivas y expectativas", por lo que era un afortunado por dedicarse a "esos temas que te apasionan desde niño". Sin embargo, todo cambió de repente.
Sigüenza, el lugar que le dio "suerte" para volver al "mundillo"
"Hubo un momento en el que, por ciertas circunstancias que no vienen a cuento, me vi un día sin absolutamente nada de eso, de un día para otro, y además sin ningún tipo de seguridad, con los dos bolsillos relucientes", confesó el presentador. "De un plumazo, de la noche a la mañana, perdí todo eso, o de alguna manera decidí perderlo. Me fui o me dijeron que me fuera", añadió en Cuarto Milenio.
Iker Jiménez "llevaba cinco años siendo protagonista de un montón de andanzas, con un estatus o con rol dentro de este mundillo que llamamos misterio, y que ya prácticamente ya no existe", pero todo se esfumó y decidió poner rumbo a Sigüenza para volver a encontrarse. Y es que, según el presentador, "tuve la sensación de que aquello me iba a traer suerte". "Y a partir de aquello tuve una fe tremenda. No me lamí las heridas en ningún momento"
"En ese momento, no sé por qué, cogí el coche y le dije a Carmen que me tenía que ir al castillo de los obispos de Sigüenza. Ahora me pregunto a santo de qué. Algo me hizo ir a ese sitio atravesando la nieve. Mucho tiempo después, descubrí que estaba en el plató natural de Félix Rodríguez de la Fuente", sentenció.