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    "Sentí que me alejaba del motivo por el que me hice director": rodar acción casi deprime a Spielberg, pero le llevó a hacer dos de sus películas más personales
    Pedro Gallego
    Pedro Gallego
    -Redactor de cine y series
    Periodista cultural con varios años de experiencia con especial interés en el cine y las series. Busca las mejores recomendaciones para ver en las diferentes plataformas de streaming.

    El director experimentó una crisis existencial y creativa que desató una nueva etapa en su carrera.

    Puede parecer lo contrario, dado el increíble dominio que muestra rodando la acción (Quentin Tarantino afirmó que era uno de los mejores directores de acción de la historia) y el emocionante y divertido ritmo que muestra en la película. Pero Steven Spielberg no pasó el mejor de los ratos rodando En busca del arca perdida. De hecho, empezó a pasar una crisis existencial.

    En busca del arca perdida
    En busca del arca perdida
    Dirigida por Steven Spielberg
    Con Harrison Ford, Karen Allen, Paul Freeman
    Fecha de estreno 9 de octubre de 1981
    Ver en Disney+

    Después de fracasar comercialmente y críticamente con su anterior película, la comedia 1941, Spielberg decidió que la mejor manera de resarcirse era con una película de aventuras total, y así nació el personaje de Indiana Jones. Lo consiguió, porque la película fue todo un fenómeno y se la sigue considerando entre sus mejores películas. Pero, tal y como se relata en su biografía, de repente se encontró enterrado bajo miles de serpientes en un plató británico y empezó a deprimirse con la película que estaba rodando.

    "La acción es maravillosa" afirmó en dicho libro, "pero mientras hacía [En busca del arca perdida] sentía que perdía el contacto con la razón por la que me hice cineasta: hacer historias sobre personas y relaciones". La primera película de Indiana Jones, especialmente en las secuencias más musculosas, resultaba un trabajo mecánico para Spielberg, ofreciéndole menos oportunidades para expresar sus sentimientos más íntimos.

    De la acción a la guerra

    Uno de los que pudo meter fue su profundo desdén hacia los nazis, que ejercen de villanos en buena parte de la saga y contra los que se ensaña con ganas. Spielberg, educado en el judaísmo, sentía que era una oportunidad de venganza increíble por lo que hicieron con su pueblo. Pero en aquella película era un elemento más del guion. En algunas de sus películas posteriores terminó llevando más lejos la exploración.

    No fue hasta que abrazó más su herencia judía cuando encontró una forma de afrontar la agonía del Holocausto desde una perspectiva más adulta y más completa desde el punto de vista histórico. La lista de Schindler iba a ser su gran declaración de intenciones, pero todavía no estaba preparado para hacerla. En su lugar, fue preparando el terreno con El imperio del sol, explorando inquietudes personales sobre el fin de la inocencia a través del personaje de Christian Bale, y también empatizar con el dolor de familias separadas por la Segunda Guerra Mundial.

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    La supervivencia y la pérdida son los temas predominantes tanto en El Imperio del sol como en La lista de Schindler. Los protagonistas de ambas películas burlan al enemigo adaptándose a la corrupción bélica con sus formidables talentos de buscavidas. También existen muchas correspondencias visuales entre las escenas de caos en las calles de Shanghai, devastada por la guerra, y en el gueto de Cracovia. Ambos trabajos fueron el mecanismo por el que Spielberg reconectó con sus raíces, con sus ganas de dirigir películas y también para destapar una nueva faceta como artista maduro.

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