Denis Villeneuve se atrevió en 2017 a continuar la historia que Ridley Scott comenzó en 1982 con el clásico de ciencia ficción Blade Runner. Una tarea nada sencilla si tenemos en cuenta la repercusión que han tenido en la cultura popular Deckard y sus replicantes. En Blade Runner 2049, Villeneuve regresa al universo creado por Philip K. Dick 30 años después con un caza-replicantes interpretado por Ryan Gosling. El agente K descubre un secreto que nadie ha destapado en mucho tiempo y que podría llevar a la sociedad al caos. En esta misión, el legendario Rick Deckard de Harrison Ford le será de gran ayuda, pero lleva desaparecido tres décadas.
¿Hacía falta volver al mundo de los replicantes de Sueñan los androides con ovejas eléctricas? ¿Villeneuve hace justicia al impacto de Blade Runner? ¿Merece la pena invertir 2 horas y 44 minutos de tu vida en esta cinta? La respuesta es contundente: sí. Si no tienes nada que hacer hoy -y aunque tengas planes-, no te puedes perder Blade Runner 2049 y aquí te damos algunas razones.
No es una secuela al uso
Como recoge Alejandro G. Calvo en la crítica que puedes ver sobre estas líneas, Blade Runner 2049 destaca por encima de todas las secuelas, 'reboots' y 'remakes' que las distribuidoras están explotando al máximo durante los últimos años -ejemplo: Cazafantasmas, Tomb Raider o Ocean's 8. "Se erige como una película autosuficiente, capaz de defenderse por sí sola y diferenciándose muchísimo de la primera", señala Alejandro.
Villeneuve consigue construir una cinta que podría funcionar perfectamente sin estar ligada al clásico de los 80. "Si en lugar de replicantes usamos otro nombre, podría llamarse de otra manera y ser perfectamente autosuficiente y convertirse en uno de los referentes del cine de género más potentes de 2017 y de la época actual".
Podemos celebrar que es una secuela absolutamente brutal. Las imágenes que Denis Villeneuve ha preparado para 'Blade Runner 2049' son impresionantes. Tan bestias que te aplastan en la butaca
Por lo tanto, que no te asuste el hecho de que se trate de una secuela de Blade Runner. La obra del cineasta canadiense anda por sí sola.
Asentando el futuro de la ciencia ficción
Villeneuve no solo se aleja de la oleada de secuelas y 'remakes', sino que crea su propio lenguaje dentro del género y, por increíble que parezca, hace suya esta historia que ya ha pertenecido previamente a Ridley Scott y, por supuesto, a Philip K. Dick.
Como afirma Alejandro, Blade Runner 2049 "sienta unas imágenes brutales que sirven como referencia estética para el futuro y también como reformulación de la ciencia ficción contemporánea". Y le compara con otro gran cineasta de nuestro tiempo, el creador de Tenet o Dunkerque. "No está lejos de Christopher Nolan, de esa sensación de montar unos planos perfectos con la música de Hans Zimmer -que también pone música a esta película- machacando toda esa impronta estética de forma que te pasa por encima".
Tal es la potencia de esas imágenes, que ves la película "flipando" a cada fotograma y, en ocasiones, la estética pasa por encima de la narrativa. Claro que, con una narrativa con esta fuerza, te da igual que a veces las imágenes tengan vida propia. "Todas esas imágenes de una potencia brutal. Tanto, que a veces pasan por encima del propio argumento de la película".
La parte narrativa de la película, el relato que se cuenta más la estética, puede por encima del argumento y, sin embargo, te da bastante igual porque como te lo estás pasando tan bien hace que todo eso funcione de una forma bastante bestia
Alejandro es claro: "Denis Villeneuve reformula la imagen de la ciencia ficción contemporánea. El director ha sido capaz de crearse una marca que defina muy bien la película como obra de arte y, a la vez, como una película de acción futurista".
Una película intensa con toques de acción
Debes esperar una película más pausada e intensa que de trepidante acción. La cinta es larga y Villeneuve no tiene ninguna prisa por contarte la historia. Al contrario, se toma su tiempo y hace que el ritmo sea pausado. "Villeneuve, como ya había hecho en La llegada o Enemy, le gusta tanto la confección de imágenes y ese tempo pausado que parece que la película vaya a cámara lenta. Le cuesta alejarse del impacto de las imágenes para entrar en un relato más dinámico. Que el tempo narrativo sea pausado y con esa fuerza que tienen las imágenes hace que todo coja una abstracción donde estás como en un ensueño".
Por lo tanto, estamos ante una secuela que no parece una secuela, una película con carácter propio que se sale del camino de los 'blockbusters', un filme que deja huella en el género y unas imágenes brutales. "Todo eso crea una sensación de ser una película a contracorriente dentro de los cánones del cine 'mainstream". Lo dicho. No te la pierdas.
