Siendo como fue el Rey Midas de Hollywood durante muchas décadas, es difícil pensar que habría quien se resistiera a la posibilidad de trabajar con Steven Spielberg. El director más célebre y popular hacía éxitos con facilidad en todos los géneros, y tiene su propia franquicia inmortal e icónica con Indiana Jones. Curiosamente, esta nació un poco por despecho, ya que fue descartado para dirigir la franquicia de sus sueños.
Como muchos otros directores (como puede ser el caso de Christopher Nolan), Spielberg era fan de James Bond desde pequeñito. "Cuando empecé a hacer películas, era la única franquicia que me importaba y de la que quería formar parte" comentó en una sesión de preguntas y respuestas en Reddit como parte de la promoción de Super 8. Pero su gozo cayó en un pozo, porque nunca se le dio la oportunidad de hacer una película del famoso espía.
En sus tiempos como director de televisión, Spielberg soñaba con que su trabajo fuese lo bastante destacado para que Albert R. Broccoli, el productor y propietario de los derechos de adaptación de la franquicia de 007, le llamase para hacer una de estas películas. La llamada nunca llegó, y en su lugar fue haciendo películas hasta que llegó el gran exitazo de Tiburón, un antes y después en el cine comercial. Rompió récords de taquilla, y eso le dio al director cierta confianza para hacer la llamada él mismo.
Spielberg tropezó dos veces con la misma piedra: el agua fue un quebradero de cabeza en 'Tiburón' y 'Jurassic Park'"Fui a Cubby Broccoli y le pregunté si podía hacer una y me dijo 'No'", comentó Spielberg al Daily Mail. Fueron dos las veces donde el director recibió una negativa de los productores, primero por falta de experiencia más allá de Tiburón, y segundo porque Encuentros en la tercera fase se estaba pasando de presupuesto y había dudas de si podía manejar una película tan grande. Aunque el verdadero motivo probablemente fuera la negativa de Broccoli a tener un director estadounidense al frente de Bond, un principio que se ha mantenido hasta hace muy poco, con Sin tiempo para morir siendo dirigida por Gary Fukunaga.
Spielberg quedó claramente decepcionado. Pero ahí estaba para ayudarle su buen amigo George Lucas, también fulgurante por el éxito de Star Wars. Cuando Steven le contó sus penas por ser nuevamente rechazado, Lucas le hizo una oferta irresistible: "Mira, Steven, tengo una película de James Bond. Es genial, es igual que James Bond, pero aún mejor". Era la historia de un arqueólogo viviendo aventuras alrededor del mundo, inspirada en los seriales de las sesiones matinales de las que ambos eran fan.
De Bond a Indiana
Con esos mimbres crearon la franquicia de Indiana Jones, una de las sagas de aventuras más impresionantes de todos los tiempos, que regresa ahora con Indiana Jones y el Dial del destino. Spielberg y Lucas aprovecharon también la ocasión para meter varios guiños a 007 en la trilogía de películas, más allá del carácter ligón del personaje de Harrison Ford o sus viajes a varios lugares del planeta.
"Tiene buen corazón, pero es menos interesante": Entre Indiana Jones y Han Solo, Harrison Ford tiene un favorito y no se escondeLa secuencia inicial de Indiana Jones y el templo maldito fue inspirada en cómo abrían las películas de Bond, y además Ford llevaba puesto un traje blanco con una flor roja en la solapa idéntico al que llevaba 007 en Goldfinger. Pero donde verdaderamente cerraron el círculo fue en Indiana Jones y la última cruzada, contratando a Sean Connery, el mismísimo James Bond, para interpretar al padre de Indy y así hacer una especie de cambio generacional. Ciertamente Spielberg se las apañó para hacer sus películas de Bond, incluso tras ser rechazado dos veces.
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