Un equipo de 5 científicos es miniaturizado e inyectado en el cuerpo de un científico para operarlo desde dentro. Solo tienen una hora para salvarlo. Comienza así una fantástica aventura en la que la que el equipo tendrá que luchar contra los elementos del organismo para conseguir su objetivo, pero, al mismo tiempo, también enfrentarse a un saboteador maquiavélico en el contexto de la Guerra Fría.
Esto era lo que contaba la excelente película de ciencia ficción Viaje alucinante, dirigida por el veterano Richard Fleischer y estrenada en 1966. Una obra que se ha convertido en un pequeño clásico del género.
Además de dos novelas escritas por Isaac Asimov, Viaje alucinante generó algunas obras derivadas: desde una serie de dibujos animados de 17 episodios, hasta una película inspirada en ella pero independiente, El chip prodigioso, dirigida por Joe Dante en 1987 y con Meg Ryan en uno de sus primeros papeles.
Sin embargo realizar una nueva versión cinematográfica de la historia de Viaje alucinante es una vieja tarea en Hollywood de la que llevamos hablando de ello desde1984, exactamente 18 años después de la película de Fleischer.
En aquel momento, se había propuesto a Isaac Asimov escribir una secuela de Viaje alucinante, que finalmente se materializaría en 1987 bajo el título Viaje alucinante II -aunque en su versión original se la conoce como Destination Brain-. Pero la adaptación de esta obra nunca vería la luz, lo que provocó que el proyecto acabase enterrado.
El proyecto abandonado de James Cameron
Ya a finales de los años 90, desde como mínimo 1997, el propio James Cameron expresó su deseo de realizar una nueva versión de Viaje alucinante y se puso a trabajar en ello. Sin embargo, luego decidió que prefería concentrar sus esfuerzos en otro proyecto mucho más ambicioso: Avatar, que no estrenaría hasta 2009 pero que se acabaría convirtiendo en la película más taquillera de todos los tiempos.
En cualquier caso, como con Alita: Ángel de combate, James Cameron estaba dispuesto a seguir adelante con los planes de producir la película con su propio guion, pero dejándolo en manos de otro director. Algo que finalmente ocurrió en 2007 y que introdujo en la ecuación al también reputado cineasta Roland Emmerich.
Sin embargo, Emmerich rechazó el guion de Cameron y los guionistas Cormac y Marianne Wibberley se pusieron a trabajar en uno nuevo, pero, justo en ese momento, la huelga de guionistas que azotó Hollywood en 2007 y 2008 retrasó aún más el proyecto. Emmerich prefirió ponerse a jugar de nuevo con la destrucción del mundo en su película 2012 y encontrar a otro director se convirtió en una tarea imposible: Paul Greengrass, Louis Leterrier, Shawn Levy y Guillermo del Toro estuvieron involucrados en distintas etapas.
Desde entonces, el proyecto ha quedado atrapado en un cajón del que, ahora que Cameron ha vuelto a sumergirse el mundo Avatar con secuelas confirmadas hasta 2031, parece un poco difícil que pueda salir.