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    Las mejores películas de Nicolas Cage: top 10 del actor que hizo un género sobre sí mismo
    Alejandro G. Calvo
    Alejandro G. Calvo
    -Director de SensaCine
    De sangre soriana, nacido en Barcelona en 1978, y residente en Madrid. Crítico de cine desde la adolescencia, llevo 25 años escribiendo sobre películas. Ahora, principalmente, hago videos para el canal de YouTube de SensaCine donde la serie "Cine A Quemarropa" es uno de los mayores hits en la red.
    Escrito con:
    Sara Heredia

    3, 2, 1... PAM! Aquí va lo mejor que puedes ver sobre el actor que renegó de ser un Coppola para hacer su propio camino

    Cuando Nicolas Cage, nacido en el seno de la familia Coppola -el apellido te sonará-, quiso ser actor prefirió cambiarse el nombre para que no le relacionaran con su tío Francis Ford Coppola. Se fue abriendo camino con pequeños papeles y, con algún que otro rechazo de su propio tío en el camino -le dijo que no en la prueba para The Outsiders (1983)-, terminó triunfando de mano de Scorsese, Joel Schumacher o John Woo.

    Su filmografía se compone de papeles excelentes como el de Cara a cara (1994) o el de Yuri Orlov en El señor de la guerra (2005), pero también tiene trabajos sobreactuados y exagerados que han terminado por convertirle en un meme en varias ocasiones. Su respuesta ha sido beneficiarse de ello y en los últimos años ha creado un género alrededor de su propia figura, siendo El insoportable peso de un talento descomunal (2022), donde interpreta una versión ficticia de sí mismo, su mejor ejemplo.

    Con el reciente estreno de Dream Scenario -hace poco más de un mes- no podemos hacer otra que dedicarle este Top 10 de sus mejores películas.

    Vértigo

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    10. Dream Scenario, de Kristoffer Borgli (2023)

    Al bueno de Paul Matthews le está pasando la cosa más rara del mundo: la gente está soñando con él. De la noche a la mañana es el influencer más poderoso del mundo, aunque él, no haga nada de nada (al menos al principio) en los dichosos sueños. En Dream Scenario, del noruego Kristoffer Borgli, la interpretación de Nicolas Cage no solo da una coherencia y una entereza tremenda al conjunto, sino que la eleva a ese altar paranormal donde sus mejores películas mezclan lo extraño, incluso lo bizarro, con lo cómico y lo dramático con una facilidad pasmosa.

    9. Al límite (Bringing Out the Dead), de Martin Scorsese (1999)

    Frank es paramédico y anda enloquecido por las calles nocturnas de Nueva York tratando de salvar vidas cuando ni siquiera los propios moribundos parecen ya quererlas. Entre Robert De Niro y Leonardo Di Caprio, entre Casino y Gangs of New York, Martin Scorsese decidió probar a Nic Cage y este le entrega una de sus interpretaciones más al límite. Es una de las películas más infravaloradas de Scorsese pero echarle un ojo y luego atreveros a decir que es una peli menor.

    8. Pig de Michael Sarnoski (2021)

    Robin Feld, Rob, vive tranquilamente perdido en un bosque de Oregón únicamente acompañado por su cerda trufera. Lleva ropa interior de cuerpo entero y look de ex estrella del death metal, pero se le ve calmado y hasta feliz apartado de todos y de todas. Un mal día unos malditos bastardos entran en su cabaña, le dan una paliza y le roban a la cerda. Grave error. Dirigida por el debutante Michael Sarnoski, Pig es una película de venganza de herencia setentera, es decir, sin miedo absoluto a representar la violencia expeditiva sin corsés morales de ningún tipo.

    7. Arizona Baby de Joel Coen (1987)

    Segundo largometraje de los hermanos Coen, Arizona Baby era un cruce divertidísimo entre el 'slapstick' del cine mudo -carreras y trompazos a mansalva- con la lógica fantástica ultraviolenta de Chuck Jones y su El Coyote y Correcaminos Cage estaba dando sus primeros certeros pasos en el mundo del cine saliendo del paraguas de su tío Francis para empezar a fraguar una filmografía donde el máximo acento sería su presencia, como demostrarían las inmediatas Hechizo de luna (1987) y Besos de vampiro (1989).

    6. Snake Eyes (Ojos de serpiente), de Brian De Palma (1998)

    Richie Santoro es un policía de Atlantic City lo suficientemente poco corrupto para que sea nuestro héroe en esta maravillosa película entre el policíaco y el suspense que el maestro Brian De Palma despliega con sus numerosos trucajes 'hitchcockianos'. No hay mejor héroe que Nic Cage, porque los héroes del cine suelen ser tipos aburridamente perfectos, inaguantables modelos de conducta, palos de escoba metidos por el trasero. Pero Rickie no, Rickie mola, Rickie siempre tiene un as bajo la manga y al malo, bueno, al malo le tocan los ojos de serpiente.

    5. Adaptation (El ladrón de orquídeas), de Spike Jonze (2002)

    Adaptation nos da Nicolas Cage por partida doble ¡así que es el doble de buena que cualquier otra película! Pero además, teniendo en cuenta su mandanga meta-cinematográfica -Nic Cage da vida al guionista real de la película, Charlie Kaufman, y al mismo tiempo está intentando escribir la propia película que estamos viendo- es una de las películas más audaces jamás escritas, un juego de muñecas rusas donde la muñeca rusa tiene la forma del propio hombre que está jugando con las malditas muñecas. Fue su segunda nominación al Oscar.

    4. Leaving Las Vegas, de Mike Figgis (1995)

    Ben Sanderson, guionista de Hollywood, es un alcohólico autodestructivo. Él confiesa: “No sé si empecé a beber porque me dejó mi mujer o fue mi mujer la que me dejó porque empecé a beber”. Así que monta un plan infalible: encerrarse en una habitación de Las Vegas a beber hasta reventar. Y adiós mundo cruel. Su única acompañante en su viaje hacia el fin del mundo será una prostituta a la de que vida una magnífica Elisabeth Shue. Leaving Las Vegas dio algo de rabia en su día porque le valió el Oscar a Nicolas Cage, sacándolo del terreno del cine de culto y acercándolo al gran público. Vuelta a ver hoy, Leaving Las Vegas es una muestra del talento desbocado de Cage para convertir en carne personajes límite.

    3. Cara a cara (Face/Off), de John Woo (1997)

    Castor Troy es un psicópata de cabo a rabo. Tras poner una bomba con agente de gas nervioso destinada a crear una matanza sin igual, se va tranquilamente paseando vestido de cura, girando la cabeza en modo molinillo y con esa cara de majara perdido que Nicolas Cage ha convertido en un puro Mondrian. En esta barbaridad llamada Cara a cara, dirigida por uno de los dioses del olimpo de cine de acción, el hongkonés John Woo, Cage solo es Castor Troy un rato, porque en una línea argumental demencial que mezcla ciencia-ficción con la indigestión del destilado de peyote: Troy cambiará la cara con su antagonista, el estirado y traumatizado Sean Archer (John Travolta). A mí Cara a cara me parece uno de los mejores actioner de los 90, desafiando las reglas de lo absurdamente factible con un porrón de ideas visuales magníficas.

    2. Corazón salvaje, de David Lynch (1990)

    David Lynch, uno de los cineastas más libres, rupturistas, imaginativos e inesperados de la historia del cine, adaptó el novelón de Barry Gifford en esta película donde la perversión campa a sus anchas, por lo general, en explosiones de violencia demenciales. Aquí Nic Cage se deja guiar por Lynch entregándose ciegamente a las peticiones tan magistrales como demenciales del cineasta. Logrando, como también ocurre con Laura Dern, una de sus mejores composiciones y, además, poniéndose cara a cara con otro actor tan polimórfico como Willem Dafoe.

    1. Mandy, de Panos Cosmatos (2018)

    Red Miller vive felizmente en su cabaña en el bosque con su mujer, todo dulzura y lectura, Mandy (Andrea Riseborough). Una noche espantosa, un culto de hippies lisérgicos ayudados por unos moteros de Satán se cuelan en la casa, dan una paliza tremenda a Red al que dejan atado a alambre de espino y queman viva a Mandy. La venganza de Red será terrible.

    Mandy es el pico de la obra de Cage en meme, el desgarro máximo de la puesta en escena de sí mismo. Nada está al alcance de la secuencia central de Mandy con Nicolas Cage en calzoncillos llorando, bebiendo, sangrando, riendo y gritando como un demente endemoniado. Cuando al final de la película Nic Cage mira enloquecido a cámara mientras sonríe como el hombre más zumbado del mundo, Nic lo sabe, nosotros también, se acaba de pasar el juego. Él es el ganador. El número uno.

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