El reconocido escritor J.R.R. Tolkien imaginó una serie de personajes y de mundos fantásticos a los que dotó de gran personalidad, sin pensar que un día alguien decidiría llevarlos a la gran pantalla. Medianos, elfos, enanos, orcos... La obra de Tolkien incluye toda la clase de figuras que son indispensables a la hora de contar su historia, sobre todo la de la Tierra Media. Para adaptar esto a las salas de cine, Peter Jackson tuvo que fijarse películas que ya estuvieran hechas. Siempre se nos olvida, pero el director tuvo muy en cuenta una desconocida película de fantasía de Sean Connery para poder crear El Señor de los Anillos.
Esta no es otra que Darby O'Gill y el rey de los duendes, una película desarrollada por Disney que fue estrenada en el año 1959. Su historia se centra en Darby O'Gill (Albert Sharpe), un anciano irlandés que se divierte contando historias de duendes en el pub cada noche. Lo más curioso de todo es que parecen ser ciertas, tan ciertas que él y el pequeño Rey Brian (Jimmy O'Dea), gobernante de los duendes, son unos adversarios amistosos que se dedican a engañarse constantemente entre ellos. Estas historias ocupan todo el tiempo de Darby, quien termina perdiendo su trabajo y se ve obligado a jubilarse antes de tiempo, temiendo por la reputación de su hija Katie (Janet Munro).
Su sucesor, el divertido y culto Michael McBride (Connery), parece un pretendiente perfecto para Katie y Darby pide ayuda al astuto rey para conseguir que terminen juntos. Pero el líder de los duendes no piensa ayudar a Darby a menos que se celebre una pelea entre los posibles amantes de su hija, dando lugar a un cuento de hadas fantástico y aventurero, que incluye un festival de duendes borrachos y figuras oscuras.
¿Qué tiene que ver todo esto con El Señor de los Anillos? Cuando Jackson decidió adaptar la novela de Tolkien a la gran pantalla, Disney ya iba un paso por delante. El equipo de Darby O'Gill y el rey de los duendes ya había estudiado las múltiples posibilidades para hacer que un actor pareciese mucho más pequeño al lado de otro. Es decir, la Casa de Mickey Mouse ya había estudiado cómo hacer que Hobbits como Frodo (Elijah Wood) y Sam (Sean Astin) diesen la talla en la película.
Así aparecieron los duendes en el cine
Antes de grabar la película en 1958, Disney tuvo que tener en cuenta todas las alternativas para hacer que la película pareciera más realista. Fue entonces cuando el director Robert Stevenson, con ayuda de los especialistas Eustace Lycett y Ub Iwerks, decidieron combinar una serie de métodos de producción e ilusiones para conseguir los mejores resultados. Usaron perspectivas forzadas a través de decorados, posicionaron a los protagonistas a diferente distancia respecto a la cámara y respetaron meticulosamente las líneas de los ojos de los actores, un truco muy utilizado en la historia del cine.
Pausa 'El Señor de los Anillos: Las dos torres' en 1 h y 35 minutos y sabrás por qué Peter Jackson tuvo que movilizar a 25.000 personasNo solo eso, en la biografía oficial de Iwerks, John Kenworthy describió una escena en la que se utilizaron 649 focos colocados con precisión, lo que provocó un corte de energía en la ciudad donde fue rodada la película. Otros trucos como pinturas detalladas, marionetas de efectos y el uso del proceso Schüfftan -el cual consiste en situar un espejo a 45º entre la cámara y el decorado para poder jugar con el tamaño de los actores-, hicieron que se posicionara en 2017 como una de las 70 películas de efectos visuales más influyentes de todos los tiempos.
Gracias a todos estos estudios y descubrimientos, Jackson fue capaz de crear una franquicia que ha recaudado más de dos mil millones de dólares en la taquilla mundial. Dos trilogías más tarde y una serie de televisión después, El Señor de los Anillos: Los Anillos de Poder, podemos agradecer a Darby O'Gill y el rey de los duendes su gran contribución a la adaptación de la obra de Tolkien.