Pese a que comenzó a trabajar como actor cuando era muy joven, Leonardo DiCaprio nunca pasó por una de esas etapas problemáticas por las que sí han pasado otras estrellas de Hollywood que también eran todavía muy inmaduros cuando empezaron a saborear el éxito en los 90. El intérprete, que este 2024 cumplió 50 años, siempre ha llevado una vida sana y ha cuidado mucho su carrera, eligiendo lo mejor que ha podido cada uno de sus papeles y con quién quería trabajar.
Al mismo tiempo, DiCaprio tampoco ha sido nunca señalado por tener un carácter conflictivo o difícil en los sets de rodaje y, a menudo, los cineastas y actores que han tenido la oportunidad de trabajar con él, han elogiado su profesionalidad y su concentración para dar lo mejor de sí a cada uno de sus proyectos.
No obstante, aunque, como suele decirse, "la sangre nunca ha llegado al río", eso no quiere decir que absolutamente todo el mundo que ha trabajado con él, haya tenido buena sintonía. Por ejemplo, Joel Edgerton admitió que había sentido una "fricción poco saludable" trabajando con DiCaprio en El Gran Gatsby y George Clooney confesó en su día que habían tenido una especie de pique jugando al baloncesto tras el cuál no le quedó muy buena impresión.
No obstante, el que más claro ha hablado sobre su poca sintonía con Leonardo DiCaprio ha sido Mark Wahlberg, quien hace 30 años trabajó con él por primera vez en Diario de un rebelde (1995), cuando ambos eran estrellas emergentes tratando de triunfar en una industria en la que apenas acababan de empezar.

Según contó Wahlberg, DiCaprio no tenía una buena imagen de él cuando el equipo de la película dirigida por Scott Kalvert decidió que era el actor más adecuado para uno de los papeles de la película y llegó a intentar evitar su fichaje.
"Leonardo dijo: 'Por encima de mi cadáver. Marky Mark no va a estar en esta maldita película'", contó Wahlberg en declaraciones a The Hollywood Reporter en 2013. "Porque habíamos tenido algo; ni siquiera me di cuenta, [pero] fui un poco imbécil con él en un partido de baloncesto benéfico. Entonces dijo: 'Este maldito imbécil no va a estar en esta película'".
Sin embargo, la directora de casting Avy Kaufman, consiguió que DiCaprio aceptase hacer una prueba de casting en la que tuvo la oportunidad de lucirse lo suficiente como para conseguir el papel: "Llegué, hice la audición, lo miré y él me miró a mí, y luego hicimos una escena y ellos dijeron: 'Hmm, este maldito tipo es bastante bueno, ¿verdad?'. Lo siguiente que supe fue que estábamos pasando el rato juntos".
Finalmente, ambos se hicieron amigos e incluso acabaron bromeando sobre sus comienzos en el futuro, puesto que esa no fue la única vez que trabajarían juntos. Volvieron a hacerlo en 2006, con la magnífica Infiltrados de Martin Scorsese.
Diario de un rebelde no fue un gran éxito, pero DiCaprio, que ya venía de haber estado nominado al Oscar por ¿A quién ama Gilbert Grape? y haber trabajado con Robert de Niro en Vida de este chico, estaba a punto de que le llegase el empujón definitivo. Wahlberg, por su parte, también se convertiría en una estrella y, curiosamente, poco después de aquella primera experiencia juntos, se hizo con uno de los pocos papeles de los que DiCaprio que lamenta haber tenido que rechazar: "Mi mayor lamento es Boogie Nights. Soy un gran admirador de (el director) Paul Thomas Anderson, pero la primera vez que lo conocí para ese papel no había visto mucho de su trabajo anterior. Ahora me encanta esa película", aseguró DiCaprio con el tiempo sobre la película que protagonizó Mark Whalberg.