Es uno de los mejores discursos del cine: 32 años después, estos seis poderosos minutos aún resuenan en nosotros
Sara Heredia
Sara Heredia
-Redactora jefe SensaCine
Cargada con una mente abierta y mucha curiosidad, explora cualquier documental, película, serie y miniserie que empiece a hacer ruido.

Da igual cuanto tiempo pase, esta escena siempre perdurará en nuestra memoria

Por supuesto que Al Pacino tiene grandes papeles a lo largo de sus casi 60 años de carrera, pero no venimos a hablar de El padrino ni de Tarde de perros ni de El precio del poder, sino de uno de los títulos más infravalorados de su carrera: Esencia de mujer, una bonita historia sobre un hombre con ceguera y el joven que se convierte en su ayudante. Entre ellos nacerá una curiosa amistad en la que ambos aprenderán grandes lecciones.

Si aún no la has visto, puedes hacer los deberes fácilmente porque está disponible en el catálogo de SkyShowtime y Filmin. Y quizás deberías, ya que, aunque no es muy apreciada por la prensa especializada, esos 'uh-ah' de Pacino sí que tienen sus fans y no deja de ser una película entrañable de las que ya no se hacen.

Esencia de mujer
Esencia de mujer
Fecha de estreno 12 de marzo de 1993 | 2h 37min
Dirigida por Martin Brest
Con Al Pacino, Chris O'Donnell, James Rebhorn
Medios
3,1
Usuarios
4,1
Sensacine
2,0
Streaming

Dirigida por Martin Brest, Esencia de mujer es un remake de una obra maestra del cine italiano: Perfume de mujer. La historia nos presenta a Charles (Chris O'Donnell), un estudiante tímido y reservado que aspira a ingresar a Harvard. Tiene que sacarse un dinero extra, así que comienza a trabajar como asistente de un soldado retirado: el coronal Slade.

Slade perdió la visión en combate y, poco a poco, se ha vuelto retraído y antisocial. A pesar de su mal carácter, Charles sabe cómo tratarle. Descubre rápidamente que es un auténtico seductor, muy sensible al olor que desprenden las mujeres. Del mismo modo, el joven también se dará cuenta de que el ex soldado esconde un terrible sufrimiento.

Universal Pictures

La película funciona porque los dos actores encajan a la perfección en sus personajes y entre ellos hay una química de mentor/discípulo que le dan a la cinta esa sensación tan agradable. El clímax -si has visto la película ya sabes de qué te vamos a hablar- llega cuando Slade sale en defensa de Charles, quien se enfrenta a una posible expulsión con tal de no delatar a sus compañeros.

Tras acompañar al coronel en su viaje a Nueva York -y terminar de estrechar lazos con él-, los amigos de Charles se enfrentan a un tribunal disciplinario después de haber destrozado el coche del director. Charles fue testigo, por lo que debe testificar en su contra, pero, fiel a sus valores, decide no delatarles. Esto significa manchar su expediente, pero el coronel Slade sale en su defensa.

Y si creen que están preparando a estos pececillos para la edad adulta, piénsenlo dos veces. ¡Porque les digo que están matando el mismo espíritu que esta institución proclama inculcar! ¡Menudo fraude! ¡Qué clase de espectáculo están dando hoy! Es decir, el único de clase en este acto está sentado a mi lado

"Hubo un tiempo en que podía ver. Y he visto. Chicos como estos, más jóvenes que estos, con los brazos arrancados, las piernas arrancadas. Pero no hay nada como ver un espíritu amputado. No hay prótesis para eso. Crees que simplemente estás enviando a este espléndido soldado de infantería de vuelta a casa, a Oregón, con el rabo entre las piernas, ¡pero yo digo que estás ejecutando su alma!", continúa.

Más allá de este épico momento y de aquél memorable baile que protagonizó junto a Gabrielle Anwar, muchos han criticado la actuación de Al Pacino en la cinta. "Agitación de brazos, bravuconería silenciosa luego fuerte", decía el crítico Nick Schager. "Monólogos de integridad de un loco envueltos en cosméticos ostentosos", opinaba Karina Longworth. Digan lo que digan, siempre es bonito recordar este trabajo.

El artículo original apareció en nuestra web hermana AlloCine.

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