Mad Max: Furia en la carretera de George Miller
Tecnología digital y tridimensional al servicio de una historia de violencia atávica y espléndido vaciado del relato: un grupo que huye, un grupo que persigue y un espacio inmenso y terroso que, como todo espacio, debe cruzarse. Inversión de roles (Max pasa a ser un agente casi pasivo para que Imperator Furiosa tome las riendas) y memorables ideas como la del guitarrista heavy que no para de tocar durante la persecución rodeado de monumentales altavoces. El mejor filme de la serie junto al segundo. (Quim Casas)