Juego de Tronos llegó a su fin el 19 de mayo de 2019 con la emisión del episodio 'The Iron Throne' (8x06). Tres años después, llega su precuela La Casa del Dragón de la que he podido disfrutar de los primeros seis episodios de los 10 que consta la primera temporada y puedo decir que he encontrado a mi nueva Daenerys: Rhaenyra Targaryen.
Efectivamente, aquí se es pro-Daenerys y no se perdonará lo que hicieron con ella en la última temporada de Juego de Tronos. Muchos se aferran a que se veía ya sus comienzos de locura en las primeras temporadas donde se jactaba de que iba a acabar con todos los que se iban a poner en su camino para hacerse con el Trono de Hierro.
Pero su arco argumental fue bastante atropellado. Si se quiere llegar a ese final, al que aceptaría gustosamente, se deben ver más detalles de esa locura que también tenía su padre el Rey Loco, Aerys Targaryen, a lo largo de varios episodios. Por lo que sí, aquí uno sigue siendo pro-Daenerys, por lo que agradezco que haya encontrado a otra Daenerys en Rhaenyra, interpretada por Milly Alcock en su etapa joven y por Emma D'Arcy en su etapa más adulta.
La Casa del Dragón se ambienta 200 años antes de lo ocurrido en Juego de Tronos y se basa en el libro de George R.R. Martin Fuego y Sangre, donde se cuenta varias generaciones de la familia Targaryen. Y HBO ha adaptado la historia más jugosa del libro, la que gira en torno a la sucesión del trono de Viserys Targaryen (Paddy Considine). No como esa trama del piloto cancelado protagonizado por Naomi Watts y Jamie Campbell Bower de la que nunca sabremos e intuimos que no era lo bastante interesante.
El creador sobre la violencia en 'La Casa del Dragón': “Explora un Poniente que creo todos conocemos bastante bien”Los cinco primeros episodios están protagonizados por Milly Alcock y Emily Carey, quien interpreta a la joven Alicent Hightower. A diferencia de Juego de Tronos, en el primer episodio conocemos ya a todos los principales protagonistas de esta historia en un mismo lugar. Y no se trata de otra lucha encarnizada por el Trono de Hierro, si no una guerra familiar que se autodestruye a medida que pasa el tiempo.
Milly Alcock está espectacular y su personaje le hace brillar aún más, alguien fuerte y a la que no le gusta nada las normas. Junto a ella se encuentra también Matt Smith en el papel de Daemon, hermano de Viserys y tío de Rhaenyra. Papel que le viene como anillo al dedo.
HBO
Es difícil no entrar perfectamente en el primer episodio de La Casa del Dragón cuando volvemos a ver la Fortaleza Roja mientras lo vuela un dragón y suena la mítica banda sonora de la serie original, pero alterada un poco de una forma que es imposible no tararearla de nuevo y sentir lo mismo cuando viste el primer episodio de Juego de Tronos.
¿Me daba un poco de pereza volver a entrar en el universo de Juego de Tronos tan solo tres años después? Un poco sí, pero me entusiasmó mucho el primer episodio y los cinco siguientes. Sobre todo cuando llega el sexto que hace un salto en el tiempo de 10 años y donde vemos a Olivia Cooke y Emma D'Arcy coger el testigo de los papeles de Alicent Hightower y Rhaenyra Targaryen.
El reparto sigue siendo de lo más acertado. Ambas actrices están increíbles y más aún cuando vemos escenas con ellas dos juntas. La química es bestial y promete dar mucho de qué hablar en los cuatro siguientes.
Problemas en el palacio, muchos dragones, acción, sangre, vísceras y, sí, sexo son también los protagonistas de La Casa del Dragón que llega con fuerza y solucionando algunos problemas que arrastraba su predecesora. Y todo se lo debemos a sus creadores Ryan Condal y Miguel Sapochnik, éste último director de algunos de los mejores episodios de Juego de Tronos.
Recuerda que La Casa del Dragón se estrena en HBO Max el 22 de agosto.
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