Tom Cruise se resistió a hacer una secuela de Top Gun durante años: simplemente, no era el momento, y cuando se estaban poniendo a ello, Tony Scott falleció dejando cualquier posibilidad de su regreso en la casilla de salida. Sin embargo, Jerry Bruckheimer fue capaz de convencer a la estrella de volver a colaborar con Joseph Kosinski en una película que toma partes de la película original y la respeta pero tampoco se obsesiona con ella. Eso sí, los guiños están ahí.
Será como aquella peli de los años 80
En 1975, Foghat, una banda de rock británica que empezó solo cuatro años antes, lanzó el que sería el gran hit por el que pasaron a la historia: Slow Ride. Aunque solo uno de los miembros originales vive aún, Roger Earl (el batería), el grupo sigue haciendo giras por todo el mundo e incluso, de vez en cuando, lanzando nueva música original. Eso sí, nunca podrán superar ese bombazo reconocible al instante.
Es un testimonio de otra época tan fabuloso que incluso suena en Top Gun Maverick, en la escena en la que Glenn Powell (Hangman) pone la canción en la máquina de discos. El guiño a la película original no está en la melodía, sino en el código que introduce: 86.
Y es que Top Gun se estrenó el 12 de mayo de 1986 y dio la sorpresa en todo el mundo: ante un presupuesto de tan solo 15 millones de dólares, la película recaudó 357,3 y se convirtió en la película más taquillera del año en todo el mundo, por delante de Cocodrilo Dundee, Platoon y Karate Kid II. El año pasado repitió la hazaña de manera absolutamente inesperada, y el propio Jerry Bruckheimer dejó caer que, aunque tardasen, siempre puede haber un Top Gun 3 en el horizonte, ¿no? ¿Habrá allí alguien marcando un “22” en la gramola?