Jurassic Park llegó a las salas de cine de todo el mundo en 1993 y, aunque ahora forma parte de la cultura popular y forma parte de la nostalgia noventera de varias generaciones, entonces nadie podía imaginar que la película, protagonizada por Sam Neill, Laura Dern y Jeff Goldblum, se convertiría en un referente del género de ciencia ficción y aventuras de semejante alcance. Ni siquiera su director, Steven Spielberg, que tenía a sus espaldas éxitos como Tiburón (1975), E.T. El extraterrestre (1982) y tres películas de la franquicia Indiana Jones.
Sin embargo, Jurassic Park se convertiría en una de las obras cumbre de la filmografía del afamado director y en un auténtico 'blockbuster' que daría lugar a dos secuelas: una en 1997 y otra en 2001, además de los 'spin-off' Jurassic World protagonizados por Chris Pratt y Bryce Dallas Howard.
Ahora la película forma parte de la historia, pero Sam Neill, el encargado de interpretar a Alan Grant reconocería que se sintió un poco molesto con la campaña de marketing de la película. El actor de 75 años habló sobre ello y sobre su larga carrera a través de sus memorias Did I Ever Tell You This?, en las que explicó que en el momento se sintió un poco inseguro con su papel protagonista en la película.
"Estaba atormentado por las inseguridades habituales", escribe Neill en su libro. "¿Por qué yo? Ciertamente no soy un héroe de acción. La idea de compararme con Sylvester Stallone o Arnold Schwarzenegger es simplemente absurda. Soy el tipo más normal del mundo. Ya tenía 45 años, así que si se suponía que debía ser un héroe de acción, llegaba como 10 o 15 años tarde".
Y, según el intérprete, aquella especie de "síndrome del impostor" se acrecentó con la campaña de marketing de la película, más centrada en los dinosaurios que en ninguno de los actores que aparecía en ella.
El síndrome del impostor se intensificaría más adelante, al salir a promocionar la película. La línea más o menos oficial de Universal Pictures fue que, con 'Jurassic Park', se habían propuesto demostrar que ellos, con Spielberg, podían hacer grandes éxitos de taquilla sin 'estrellas de cine'.
"Esto era bastante cierto, pero creo que nos molestó ligeramente a nosotros, los actores, que nos recordasen de vez en cuando que no éramos verdaderas 'estrellas'", admitió. "También pasaba por alto las carreras bien establecidas y muy respetadas de Laura [Dern], Jeff [Goldblum] y Dicky [Richard Attenborough]. Al final resultó que, ahora que sabemos que Harrison Ford rechazó el papel, el plan de 'ninguna estrella de cine' podía no ser del todo cierto".
A pesar de sus palabras, el actor aseguró estar absolutamente agradecido, entonces y ahora, por tener la oportunidad de protagonizar la película y no ha dudado nunca en resaltar que solo estuvo "ligeramente" molesto: "Hago hincapié en la palabra 'ligeramente', porque por encima de todo todos estábamos encantados de trabajar con Steven. Y estar trabajando en algo que sería absolutamente innovador, como resultó ser".
Con un presupuesto de 63 millones de dólares y una inversión de otros 65 millones de dólares adicionales en la campaña publicitaria, la película resultó ser un éxito. Recaudó más de 402 millones en Estados Unidos, mientras que a nivel mundial recaudó más de 643 millones, superando así los 1000 millones de dólares en total.