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    Angela Lansbury impidió que sus hijos se unieran a la secta de Charles Manson
    Andrea Zamora
    Andrea Zamora
    -Redactora
    Fan de la fantasía, el ‘thriller’ y la ciencia ficción. Vive entre los muros del Hogwarts, los mundos inventados y las historias de superhéroes.

    La actriz, que ha fallecido a los 96 años, dejó de lado su carrera y se mudó con su familia a un pueblo de Europa para cambiar el futuro de Anthony y Deidre Shaw.

    Angela Lansbury, actriz de Se ha escrito un crimen y La Bella y la Bestia, ha fallecido el pasado 11 de octubre a los 96 años. El trabajo de la intérprete, uno de los rostros más queridos del mundo del cine, está siendo recordada por muchos, pero también están apareciendo algunas historias sobre su vida que merecen la pena descubrir. Como cuando evitó que sus hijos se unieran a la secta de Charles Manson.

    En la década de los años 60, cuando Manson estaba reclutando a hijos de famosos y familias ricas para unirse a su secta, el líder cortejó al hijo de Doris Day, la hija de Dean Martin y los hijos de Lansbury: Anthony y Deidre Shaw. Para impedir que ellos, sobre todo su hija, terminara en la secta de Manson, la actriz se mudó con toda su familia a un pueblo de Irlanda y abandonó su carrera en el mundo de la actuación durante un año.

    "Comenzó con el cannabis, pero pasó a la heroína. Había facciones en las colinas de Malibú que se dedicaban a actividades mortales", contó Lansbury en 2014 en una entrevista con Mail Online. "Me duele decirlo pero, en un momento, Deidre estaba con un grupo encabezado por Charles Manson. Ella era uno de los muchos jóvenes que lo conocían y estaban fascinados. Era un personaje extraordinario, carismático en muchos sentidos".

    Aparentemente, la hija de la actriz estaba ayudando a mantener económicamente a la secta de Manson y en 1968 Lansbury y su marido Peter Shaw descubrieron que consumía drogas. Ahí es cuando la intérprete decidió actuar: le quitaron el acceso a sus tarjetas de créditos y la familia se mudó de Estados Unidos a Europa. "Lo cogimos todo y nos mudamos a una casa que encontré en el Condado de Cork. Me atrajo Irlanda porque era el lugar de nacimiento de mi madre y allí mis hijos no estarían expuestos a malas influencias. Todavía tengo una casa allí que trato de visitar al menos una vez al año. Así que, rechacé todo trabajo durante un año y, simplemente, me quedé en casa".

    Lansbury reconoce en esta entrevista que fue uno de los mejores momentos de su vida. Además, el cambio radical de lugar tuvo el efecto deseado. Anthony abandonó sus malos hábitos y se convirtió en director de televisión colocándose detrás de las cámaras en 68 episodios de la ficción de su madre Se ha escrito un crimen. Deidre, por otro lado, abrió un restaurante italiano en Los Ángeles. Fue en 1969, un año después de mudarse, cuando la secta de Manson cometió el brutal asesinato de Sharon Tate y otras cuatro personas. El líder pasó el resto de su vida entre rejas y murió en 2017 a los 83 años.

    "No tengo ninguna duda de que hubiésemos perdido a uno de ellos o a los dos si no nos hubiésemos trasladado a un entorno completamente diferente, la vida simple en Irlanda. Fuimos muy muy afortunados de haber visto lo que estaba pasando justo a tiempo", concluye Lansbury. 

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