Película USA del 2018, de una duracion de 96 minutos, con una valoración de 2/10, bajo dirección de Albert Hugehs y guión de Dan Wiedenhant, con un presupuesto de 51 millones.
Tal cual nos han enseñado por tv, nos hacen difícil ver en la actualidad al lobo como antecesor del perro donestico, ya que parecidos en aspecto, distan mucho en comportamiento.
Pero este largometraje llega a las pantallas para visualizarnos, una sentimental historia, de como empezó a fraguarse ese vinculo entre dos especies, predestinadas a entenderse ante su sentido natural de manada de supervivencia.
El guión nos situa en un Paleolítico superior europeo ante la raza caucasica del protagonista, teoricamente sobre unos 20.000 años a. c, para presentarnos a un iniciado joven cazador, que es dado por muerto por su tribu tras despeñarse por el enviste de una especie de bisonte.
Tras despertar abandonado en un saliente, intenta salvarse en una aventurosa y dificil vuelta en solitario ante los peligros y hacechos de la fauna de la zona. En esto el torpe cazador, genera una amistad con una loba que el mismo a herido en su camino de vuelta.
Los sobrecogedores paisajes de su fotografía, la ignota comunicacion entre canido y humano en el que se han rodado los diálogos, y la entereza con la que Kodi (Smit-McPhee) logra mantenerse en plano durante el tiempo de película, consiguen dar un mínimo de sentido a un relato, que por otra parte no sorprede ni suscita curiosidad, en una trana de supervivencia un tanto insulsa.
El ritno es aceptable y el argumento prehistórico de un joven y la loba puede funcionar. Pero si realmente se quería contar algo sobre el inicio de una amistad especial entre especies que ha sobrevivido milenios, resulta poco creible en que la ckave pueda resumirse en un accidentado encontronazo y un cuenco con agua.
Que nadie espere enconcontra una buena historia con estos aburridos elementos mal llevados, en este curioso spin-off historico sobre cómo este joven luchador ante los elementos, se convirtio en el primer animalista de la historia, domesticando al lobo.
Lo mejor:
La fotografia y el contraste de luces jugando con el psisaje.
Lo peor:
La poca imaginacion creativa a la hora de construir una historia