"Un reencuentro necesario". Así titula el director del Festival de San Sebastián José Luis Rebordinos el texto de arranque de su catálogo de la 69ª edición. Y cobra todo el sentido al ver la programación de la primera jornada del certamen en la que varios de sus títulos rinden homenaje al cine, y a su capacidad de retratarse en una época en la que reencontrarnos con la pantalla y con nosotros mismos ha sido tan necesario.
Tanto en la Sección Oficial como en la de Perlak -que recopila las mejores películas ya estrenadas en festivales de categoría A-, la gran apuesta del día ha sido reflexionar sobre el cine y cómo nos representa. Tanto como obra, como objeto de la historia. Una jornada luminosa y soleada en San Sebastián, en la que hemos visto en la Sección Oficial títulos como Un segundo con la versión más enternecedora y nostálgica del cineasta chino -ausente- Zhang Yimou, como Maixabel, lo nuevo de Icíar Bollaín sobre el encuentro entre Maixabel Lasa y uno de los exmiembros de ETA que asesinaron a su marido. También ha habido espacio para creaciones más oscuras como Earwig.
La película inaugural de la sección Perlak, Competencia oficial, también habla de este reencuentro, con la comedia sobre una grotesca directora de cine a la que interpreta Penélope Cruz, que debe dirigir a dos cretinos, Antonio Banderas y Óscar Martínez, que representan dos maneras opuestas de entender el mundo. Charlotte Gainsbourg ha rendido homenaje a su madre, la actriz y cantante Jane Birkin, en Jane por Charlotte, y también ha habido espacio para hablar de temas sociales como el cambio climático con Un pequeño plan…como salvar el planeta, del director y actor Louis Garrel.
'Un segundo'
Cuenta el crítico Juan Zapater que cuando Zhang Yimou fue presidente del jurado en el Festival de San Sebastián en 1997, en lugar de asumir el rol de gran cineasta sometido a los homenajes gastronómicos propios de esta tierra, alquilaba un restaurante chino en la ciudad donde llevaba a comer a los miembros de su comitiva. Un gesto que despierta una sonrisa cuando te lo cuentan, y que retrata perfectamente al Yimou que firma Un segundo.
Una película que cuenta la historia de un prisionero de un campo de trabajo que se fuga y lo arriesga todo para poder contemplar a su hija en una película que proyectan en un cine cercano. Una película enternecedora y nostálgica, protagonizada por dos pícaros divertidos sin pretenderlo, y es en realidad una carta de amor a un cine, una manera de ver cine y hacer cine que está prácticamente extinguida. Una película que podría recordar a Cinema Paradiso (1988), pero en realidad nos entrega todo lo que Cinema Paradiso no nos entregó.
'Maixabel'
Una historia de arrepentimiento y caminos opuestos que se encuentran. Eso es Maixabel, lo nuevo de Icíar Bollaín. En el año 2000, el político socialista Juan María Jáuregui fue asesinado por ETA. Años más tarde, su viuda Maixabel Lasa se sentó a dialogar con dos de los asesinos de su marido. Este suceso es el que ha llevado al cine Bollaín en su nuevo filme.
No es la primera vez que la directora de La Boda de Rosa (2020) y Te doy mis ojos (2003) traslada a la gran pantalla un relato cimentado en la realidad. En 2018 también compitió en este certamen con Yuli (2019), el 'biopic' sobre el bailarín Carlos Acosta. Maixabel poco tiene que ver con la danza, pero Bollaín demuestra de nuevo su elegancia y lo bien que se le da contar una historia en la que la parte emotiva juega un papel valiosísimo.
Maixabel comienza con el asesinato del marido de la protagonista y salta hacia adelante para ir mostrando la evolución de los dos pilares en los que se sustenta la narración. Por un lado está Maixabel. Por otro lado, Ibon Etxezarreta, uno de los miembros de ETA que asesinó a Jáuregui y que rompió con la banda tras ser encarcelado. Blanca Portillo está impecable como Maixabel, pero lo que hace Luis Tosar no es nada fácil. El actor, veterano ya de la filmografía de Bollaín, consigue que empatices con un personaje tan complejo como Ibon, quien hace un viaje que comienza con la celebración del asesinato de Jáuregui y que termina, tras la autocrítica, en arrepentimiento.
Todo en la película, tomándose su tiempo para retratar cada una de las dos partes de la historia, conduce hacia el primer encuentro entre ambos. "Prefiero ser la viuda de Juan Mari que tu madre", dice Maixabel a Ibon en su primer cara a cara. Esa frase salió de boca de la propia Maixabel Lasa. Y qué fuerza tienen esas palabras cuando Portillo se las lanza a Tosar. "La verdad, yo también preferiría ser Juan Mari que Ibon Etxezarreta", responde él. Esta frase también es real. Fue la contestación de Ibon, y la de Tosar en el filme. Maixabel es una prueba más de lo gran narradora que es Bollaín.
'Earwig'
La inquietante atmósfera de Earwig comienza antes incluso de que veamos la primera imagen de la película. Lo nuevo de Lucile Hadћihalilović, directora de Evolution (2015), empieza con unos títulos de crédito que bien podrían ser un aviso del perturbador halo que envuelve la historia que va a contarnos.
Earwig es de esas películas con muchas preguntas y ninguna respuesta. Uno de esos largometrajes en los que cualquier interpretación y teoría es válida. El filme, que adapta la surrealista novela homónima de Brian Catling, tiene como protagonistas a una extraña niña y a un extraño hombre. No sabemos quién es ella. Tampoco quién es él. Tan solo que el hombre, que responde al nombre de Aalbert Scellinch (Paul Hilton), se encarga de cuidar de la pequeña, a la que llama Mia.
Cada día Aalbert crea unos dientes para Mia con la saliva de la pequeña. La casa en la que viven siempre está en penumbra. De vez en cuando, el teléfono suena y una voz pide a Aalbert que le haga un informe sobre la situación de Mia. En una de estas conversaciones, ocurre algo inesperado y nuevo: el hombre debe preparar a Mia para llevarla ante la misteriosa voz del otro lado de la línea.
Earwig es una película con una fotografía bellísima y un ritmo flemático en la que, por mucho que intentes encajar las piezas que la historia va ofreciendo, no lo consigues. ¿Por qué no hablan? ¿Por qué la niña es tan importante? ¿Por qué sus dientes también lo son? ¿Quién es la persona que llama por teléfono? Todo en Earwig rezuma rareza, dentera y repulsión. Es cuento y pesadilla a la vez. Un relato lúgubre y triste que tiene el mismo efecto que un cuadro de Francis Bacon: hay fealdad, pero no puedes girar la cabeza para dejar de mirar.
'Competencia oficial'
La apertura de la sección Perlak, con Competencia oficial, ha brindado a su público carcajadas y ha aportado las estrellas de la inauguración del festival con los españolas de Hollywood por excelencia Penélope Cruz y Antonio Banderas. Junto a Oscar Martínez han ofrecido una brillante interpretación a tres bandas del proceso de trabajo de los actores con la directora de una película.
Penélope Cruz: "Nunca desvelaré qué directores inspiraron mi personaje de 'Competencia oficial'"Una película dirigida por los argentinos Mariano Cohn y Gastón Duprat, que aunque aparentemente habla de la construcción de personajes, en realidad nos arroja al enfrentamiento entre dos necios, a veces divertidos, y una reflexión sobre el rol de un creador en una película, la preocupación por la imagen que proyecta, otra máxima, la de repenser sobre la autoimagen, presente a lo largo de toda la programación del festival.
Competencia oficial partió del deseo de los tres actores de trabajar juntos dirigidos por la pareja de directores argentinos, según han explicado los propios realizadores, y que contó con las aportaciones y experiencia de los actores a la hora de crear la propia historia y los personajes con la única premisa de pasarlo bien en el rodaje. Precisamente al contrario de lo que suele ser habitual. De hecho, según ha explicado Mariano Cohn, en muchas escenas, su intervención como directores era prácticamente nula: "Hay planos en los que los actores simplemente tenían que defender su personaje sin que hubiera interferencia por nuestra parte, como si estuviéramos asistiendo a una clase magistral de dos actores con métodos diferentes". Precisamente lo contrario a lo que promueve el personaje de la directora y que es plenamente caricaturizado en la película.
'Un pequeño plan…como salvar el planeta'
A Louis Garrel siempre hay que agradecerle que sus películas sean concisas y directas. En 2018, su filme de enredos amorosos Un hombre fiel (2019) formó parte de la Sección Oficial del Festival. Su nuevo largometraje Un pequeño plan…como salvar el planeta no mete demasiada mano en las relaciones de pareja, pero ambos títulos tienen algo en común: no llegan a la hora y media de duración. Y eso, en un festival en el que hay días en los que los horarios tienen que transcurrir con la misma precisión que el mecanismo de un reloj, es de agradecer.
Con toques de comedia, Un pequeño plan…como salvar el planeta sigue a una pareja -interpretados por Garrel y Laetitia Casta- que descubre que su hijo ha estado vendiendo sus pertenencias a escondidas con el propósito de -como ya avisa el título del filme- salvar la Tierra.
Garrel no deja que conectes con sus personajes demasiado y, aunque tiene buenas intenciones -hay un momento casi apocalíptico al que podría haber sacado mucho más partido-, el filme se queda poco más que en un panfleto sobre el cambio climático. Un tema importante y que nos incumbe, sí, pero que se utiliza en una película que se olvida poco después de salir de la sala de cine.
'Jane por Charlotte'
"Como estas son famosas pues nos han colado su película, pero vaya, que no"; "pues me ha dejado igual que estaba"; "¿no te ha parecido un poquito pretenciosa?". Los comentarios a la salida de los cines Príncipe de San Sebastián tras la sesión de Jane por Charlotte, no podían ser más explícitos. Después de 69 años de historia del Festival, a los espectadores donostiarras no se les engaña tan fácilmente. Y Jane por Charlotte resulta una película en la que el espectador encuentra precisamente muy poca verdad. Hallara eso sí una frialdad no buscada, una belleza estética constante, pero ninguna emoción, algo que sorprende cuando se trata de un homenaje o retrato que una hija le hace a su madre y donde el reproche está presente con más frecuencia de lo que podría aparentar detrás de sus planos poéticos y fantásticamente iluminados.
La película pretende ser la excusa perfecta para que la artista Charlotte Gainsbourg, hija del cantante francés Serge Gainsbourg y la actriz y cantante Jane Birkin, pueda plantearle a su madre sus inquietudes, y resolver con ella asuntos pendientes. Pero lo que podía prometer como un ejercicio catárquico se queda en la mera apariencia y experiencia estética, impostada, lo que resulta coherente en el personaje, pero sorprende por su superficialidad. Aunque como muchas de las películas de Perlas de esta edición, vuelve a tratar el tema de la imagen lo que ayuda a entender su selección para esta sección, tras su paso por el Festival de Cannes.
Titane
La película ganadora de la Palma de oro en Cannes agotó sus entradas en su primer pase en el Festival de San Sebastián donde se proyectaba en la sesión de Perlak. La estremecedora y aterradora reflexión sobre el cuerpo y la imagen, de Julia Ducournau, sigue impactando en su recorrido por festivales antes de su llegada a los cines. Motivos, le sobran, como explicó en su crónica desde Cannes Alejandro G. Calvo.
'Las ilusiones perdidas'
En Perlak también está presente Las ilusiones perdidas. Dirigida por Xavier Giannoli, el filme es una adaptación de la novela homónima de Honoré de Balzac. El título, que además de narrar el ascenso y caída de su protagonista también es una crítica a la prensa actual, se presentó en el Festival de Cine de Venecia y así te contamos lo que nos pareció:
Festival de Venecia Día 6: El cine francés brilla en la Mostra, 'El acontecimiento' de Audrey Diwan y 'Las ilusiones perdidas' de Xavier Giannoli
