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    Woody Allen inaugura Cannes con un homenaje a París y su cultura

    Tanto es así que 'Midnight in Paris' cuenta con la presencia de Scott Fitzgerald, Pablo Picasso, Ernest Hemingway o Paul Gaugin entre sus protagonistas. Arrancamos Cannes 2011 entre sonrisas (y la ausencia de Carla Bruni).

    Llegó la hora de la verdad. La hora cero del día cero; mejor dicho, la película cero de la hora cero del día cero. El pistoletazo de salida, la señal de arranque, vaya, el chupinazo. La ciudad de Cannes, con sus tiendas caras, sus restaurantes carísimos y sus hoteles prohibitivos ya está engalanada de pies a cabeza para celebrar el evento cinematográfico más importante del año: la 64ª edición del Festival de Cannes que, este año, cuenta con 21 películas en su sección oficial (incluyendo la inauguración, 'Midnight in Paris' de Woody Allen, y la clausura, 'Les Bien-aimés' de Christophe Honoré) y un jurado presidido por Robert De Niro con la complicidad de los actores Jude Law, Uma Thurman y Martina Gusman, los realizadores Johnnie To, Olivier Assayas y Mahamat Saleh Haroun, la productora Nansun Shi y la escritora Linn Ullmann. Ellos serán los responsables de otorgar una Palma de Oro que, a priori, cuenta con tres favoritas: 'El árbol de la vida (The Tree of Life)' de Terrence Malick, 'Melancholia' de Lars von Trier y... 'La Piel que Habito' de Pedro Almodóvar (aunque corre el rumor que tanto la francesa 'Polisse' de Maïwenn como el nuevo título de los Dardenne 'El niño de la bicicleta (Le Gamin au vélo)' podrían dar la sorpresa). Sea como sea, quedan doce días por delante en los que, calculamos, veremos cerca de 60 películas. Así que no dejen de rezar por mí, que aquí estaré cada día para contarlo. Vamos con la primera.

    El actor Owen Wilson con la ¿actriz? Carla Bruni en 'Midnight in Paris'

    Cuando el festival anunció que su película inaugural sería el último film de Woody Allen a nadie se le escapó la posibilidad que le brindaba al mismo de poder tener en la alfombra roja ya no sólo al veterano cineasta y a estrellas del calibre de Owen Wilson o Rachel McAdams, sino también al presidente de la república Nicolas Sarkozy junto a su esposa (y actriz en la película) Carla Bruni. Una opción que, finalmente, se ha ido al traste al confirmar ambos su "no asistencia" debido tanto a "otros compromisos" como al embarazo de la ex modelo francesa (a nadie se le escapa el posible enfado del presidente al tener el festival en su sección no competitiva la ficción 'La Conquête' de Xavier Durringer donde Sarkozy, al parecer, es parodiado hasta extremos humillantes). Sea como sea (y así nos lo quitamos de en medio rápido) vale la pena decir que la participación de Bruni en la película es tan mínima -cinco minutos, tirando alto- como ridícula, mostrándose siempre incómoda frente a la cámara y recitando su papel como quien lee la tabla de multiplicar en el colegio.

    'Midnight in Paris' -hablemos de cine de una vez- tiene una primera peculiaridad insalvable para los acólitos de Allen: el cineasta rompe con sus habituales títulos de crédito para, de entrada, realizar una serie de vistas generales de la capital francesa desde el alba hasta el anochecer; lo que podría entenderse como una clásica sinfonía para una gran ciudad (tal y como hiciera en su día en 'Manhattan') es, por el contrario, un seguido de postales y lugares comunes que son incapaces de sobrevivir a su condición icónica para entrar a formar parte de la ficción por sí misma. Allen continua, pues, por su (agradable) exilio europeo cual turista jubilado que disfruta de su bien llevada vejez (75 años) visitando y filmando aquellos lugares que más le fascinan. La película sigue los pasos de un escritor americano (Wilson) fascinado por el París de los años 20 que visita la ciudad en compañía de su prometida y sus futuros suegros; el meollo de la trama acaece cada vez que llega la medianoche y el joven viaja en el tiempo a la época de Hemingway, Fitzgerald, Dalí, Buñuel, Porter y demás artistas con quien comparte copas y experiencias que le harán replantearse su equívoco sentido de la vida. Tremendamente divertida -sólo por el gag de los surrealistas la película ya merece la pena-, Allen demuestra que aún un posee pulso e imaginación como para sacar rendimiento a sus cada vez más dispersas ideas. Vaya, a nosotros nos ha parecido la mejor comedia del realizador desde 'Melinda y Melinda (Melinda and Melinda)'... Primera sorpresa agradable, pues, del festival (este viernes en nuestras pantallas).

    Música de fondo: Cole Porter / Ella Fitzgerald

    Alejandro G.Calvo

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